Comienza a tocar la trikitixa a los 13 años, aprendiendo con Rufino Arrola (trikitilari de aquella época, fallecido en 1996), y posteriortemente, desde el año 1983, compartiendo con él, unos años de pasacalles, romerías, etc., conociendo a su vez a multitud de músicos tradicionales, contemporaneos de Rufino Arrola.
En el 1986, acude a Kepa Junkera, que por aquel entonces, era gran innovador del mundo de la trikitixa, y con él adquiere fundamentos técnicos, los cuales mezclados con los tradicionales, hacen de la música de Roberto, un sello particular, tanto en su forma de ejecución, como en la extensa lista de piezas compuestas por él.
Tras pasar unos años de formación y de experiencia, comienza su andadura con Kepa Arrizabalaga, panderetero, 25 años mayor que el, creando como pareja un puente inexo entre la tradición y las tendencias más actuales.
En 1991, junto a Kepa, gana un concurso de renombre de nuevas composiciones, y en 1992, repite el primer puesto; este momento marcaría un antes y un después en su trayectoria. Graban un álbum con esas 2 composiciones y varias piezas más, todas creaciones de Roberto.
A lo largo de 20 años, realiza junto a Kepa, un recorrido referente en el mundo de la trikitixa, ene l que recorren una extensa lista de plazas, y festivales tanto de Euskal Herria, como festivales de musica tradicional a nivel estatal, y representando la trikitixa en el extranjero también .
Cuando Kepa se retira de las plazas, Roberto comienza una nueva etapa junto a Idoia Markaida, y actualmente, tiene entre manos nuevos proyectos junto a su hija Miren Etxebarria, con la cual está recorriendo plazas y escenarios.
Compagina su labor de músico, con la enseñanza, ya que es profesor de trikitixa en la escuela municipal de música de Bilbao.
Cabe destacar en toda su andadura, que a pesar de innovar, tecnificar el estilo, y actualizarse en el mundo de la trikitixa, Roberto ha sabido, porque también así lo ha sentido, respetar y mantener la raiz y la esencia, tanto del instrumento como del mundo que lo rodea. Teniendo siempre presente, de dónde viene, para así, marcar su trayectoria particular.