Los mellizos de Lastras empezaron a tocar la dulzaina y el tamboril en Lastras de Cuéllar, aprendiendo directamente de el tío Cerillas y el tío Mariano, dulzaineros de la localidad, allá por la segunda mitad de los años setenta. Aprendieron de oído y sin pasar por ninguna escuela, ya que en aquellos años, no existía ninguna en Segovia.
El hecho de haber aprendido de oído, al más puro estilo de transmisión popular, (como se venían haciendo las cosas hasta entonces), unido a las múltiples experiencias vividas junto a sus maestros en infinidad de pueblos de la provincia de Segovia y sus alrededores, convierte la trayectoria de estos dulzaineros en un documento de interés para entender mejor la evolución de la dulzaina en Segovia, tanto en los últimos 70 y primeros 80, años muy difíciles en los que apenas quedaban unos pocos dulzaineros en nuestra provincia, (la mayoría de ellos muy mayores), como en los últimos 80 y décadas posteriores, coincidiendo con un período de “transición” importante en el devenir de nuestro instrumento más popular.
Como no puede ser de otra forma, esta manera de aprender y de vivir la dulzaina, hace que los mellizos de Lastras cuenten con un estilo y personalidad propios a la hora de interpretar este instrumento, heredadas en buena medida del Tío Cerillas, y adquiridas de las vivencias de aquellos años.
En aquellos años, aún quedaba una generación habitando nuestros pueblos que al oir las notas de la dulzaina se mimetizaban con ella, y el baile se convertía en una forma de expresión…